“Solera Flamenca” presenta “Semana Santa Flamenca” que por 7º año consecutivo se lleva a cabo en estas fechas. La Semana Santa Flamenca es una muestra de la tradición y cultura representada con la participación del alumnado de la Academia de Danza Española y Flamenco “Solera Flamenca” que Marisol Moreno y Raúl Salcedo dirigen, siempre con el apoyo de la Casa de la Cultura de Cancún, presentando un programa variado con una pequeña muestra de cómo se lleva a cabo una procesión, los pasos, la música, los cantes, pero sobre todo la expresión por medio de la danza. La Fe y devoción de un pueblo que, gracias a la riqueza y mezcla de razas, cultura y religiones, se convierte en una celebración de recuerdo con dolor, pena y alegría, alegría de saber que hubo un Ser que ofreció su vida para redimir al Ser humano predicando el amor y paz en la Tierra, y de la tierra nace esta expresión y arte flamenco, propio de un pueblo andaluz. Esta es pues una breve semblanza de la Semana Santa en Sevilla. Sevilla - Fiestas y Folclore En primavera, cuando toda Sevilla huele a azahar, con sólo una o dos semanas de intervalo, tienen lugar las dos fiestas más impresionantes del año; la Semana Santa, de fama universal por sus tradiciones procesionales, y la Feria con todo el folclore flamenco: La Semana Santa es una simbiosis entre arte, espiritualidad y pasión difícil de explicar. Su origen se remonta al s. XVI en que la Iglesia deseosa de incrementar la fe trató de acercar al pueblo el misterio de la pasión de Jesucristo de un modo más palpable y humano. Para ello se encargaron a imagineros figuras que representaran la pasión de Jesucristo con tal fuerza, que hicieran comprender el dolor y la resignación. Los más insignes imagineros del barroco elaboraron estas tallas de madera policromadas, vestidas y frecuentemente con cabellos de seda, con tal realismo, que impresionaba su contemplación. Cargados sobre hombros de costaleros desfilarían por la ciudad, dando la sensación que realmente la Virgen llorando, o Jesucristo con la Cruz a hombros, caminaban entre la muchedumbre. Y el efecto se consiguió, y esta celebración religiosa del s. XVI sigue portando al éxtasis a un pueblo que se dejará llevar como hace siglos por esta exaltación de los sentidos.
SEMANA SANTA FLAMENCA
“Solera Flamenca” presenta “Semana Santa Flamenca” que por 7º año consecutivo se lleva a cabo en estas fechas. La Semana Santa Flamenca es una muestra de la tradición y cultura representada con la participación del alumnado de la Academia de Danza Española y Flamenco “Solera Flamenca” que Marisol Moreno y Raúl Salcedo dirigen, siempre con el apoyo de la Casa de la Cultura de Cancún, presentando un programa variado con una pequeña muestra de cómo se lleva a cabo una procesión, los pasos, la música, los cantes, pero sobre todo la expresión por medio de la danza. La Fe y devoción de un pueblo que, gracias a la riqueza y mezcla de razas, cultura y religiones, se convierte en una celebración de recuerdo con dolor, pena y alegría, alegría de saber que hubo un Ser que ofreció su vida para redimir al Ser humano predicando el amor y paz en la Tierra, y de la tierra nace esta expresión y arte flamenco, propio de un pueblo andaluz. Esta es pues una breve semblanza de la Semana Santa en Sevilla. Sevilla - Fiestas y Folclore En primavera, cuando toda Sevilla huele a azahar, con sólo una o dos semanas de intervalo, tienen lugar las dos fiestas más impresionantes del año; la Semana Santa, de fama universal por sus tradiciones procesionales, y la Feria con todo el folclore flamenco: La Semana Santa es una simbiosis entre arte, espiritualidad y pasión difícil de explicar. Su origen se remonta al s. XVI en que la Iglesia deseosa de incrementar la fe trató de acercar al pueblo el misterio de la pasión de Jesucristo de un modo más palpable y humano. Para ello se encargaron a imagineros figuras que representaran la pasión de Jesucristo con tal fuerza, que hicieran comprender el dolor y la resignación. Los más insignes imagineros del barroco elaboraron estas tallas de madera policromadas, vestidas y frecuentemente con cabellos de seda, con tal realismo, que impresionaba su contemplación. Cargados sobre hombros de costaleros desfilarían por la ciudad, dando la sensación que realmente la Virgen llorando, o Jesucristo con la Cruz a hombros, caminaban entre la muchedumbre. Y el efecto se consiguió, y esta celebración religiosa del s. XVI sigue portando al éxtasis a un pueblo que se dejará llevar como hace siglos por esta exaltación de los sentidos.
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